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El estado de salud de los huesos es fundamental para la calidad de vida de una persona, ya que los huesos son los responsables de soportar los músculos y los órganos.
Una de las enfermedades más frecuentes de los huesos es la osteoporosis. En Amgen, nos dedicamos a luchar contra la idea errónea de que la osteoporosis debe aceptarse como una parte normal del envejecimiento y hemos desarrollado terapias innovadoras para ayudar a los pacientes a mejorar su salud ósea y prevenir las fracturas.
Nuestra estrategia para reducir el impacto de la osteoporosis tiene tres vertientes e implica identificar las necesidades no cubiertas en torno a la detección y la intervención, fomentar un sentido de urgencia para tratar lo antes posible y reducir así el número de fracturas osteoporóticas, y garantizar que los pacientes conozcan y tengan acceso al tratamiento.
Descubre más sobre la biología del hueso:
El esqueleto da forma al cuerpo, protege los órganos y permite movernos. La estructura de los huesos está diseñada para ser resistente y relativamente ligera a la vez. En el interior del cuerpo se encuentra la médula ósea rodeada por dos tipos de tejido: el hueso compacto, situado en la capa externa, y el hueso esponjoso, en el centro. La cantidad de cada tipo de tejido depende de la función del hueso. El hueso compacto representa el 80% de la masa ósea. Esta estructura aporta resistencia para evitar que el hueso se rompa. El hueso esponjoso está en el interior de los huesos y es la parte porosa. Está formado por las trabéculas que aportan resistencia al hueso y participan en su proceso de recambio óseo. Cuando las trabéculas disminuyen, el hueso se vuelve más frágil y propenso a sufrir una fractura osteoporótica como es el caso de la fractura de cadera.